A falta de veinte días para que se dispute el primer derbi sevillano de la temporada, el ambiente en la ciudad comienza a cargarse de expectación. Aunque desde ambos clubes intentan mantener la calma, en Nervión ya se mira de reojo al duelo ante el Real Betis, y los esfuerzos de la plantilla se centran en la posible recuperación de dos piezas clave, César Azpilicueta y Alexis Sánchez.
El defensor navarro, que volvió a lesionarse en la sesión previa al encuentro frente a Osasuna, arrastra un periodo de baja estimado entre tres y cuatro semanas. Su participación en el derbi parece casi imposible, pero desde el club no lo dan por descartado. Azpilicueta ya demostró ante el Atlético de Madrid su compromiso y capacidad de sacrificio, por lo que en el Sevilla confían, aunque sea mínimamente, en su regreso a tiempo.
El caso de Alexis Sánchez es similar. El delantero chileno, lesionado con un pronóstico que lo mantenía fuera hasta principios de diciembre, ha mostrado una notable evolución en su recuperación. Su amplia experiencia y conocimiento del propio cuerpo alimentan la esperanza de que pueda acortar los plazos y estar disponible para el gran partido.
Matías Almeyda considera a ambos jugadores fundamentales. Su presencia no solo aportaría jerarquía y liderazgo a un equipo que atraviesa un momento deportivo delicado, sino también calidad y temple para afrontar un encuentro de máxima exigencia emocional.
No obstante, en el Sevilla no quieren cometer errores. El cuerpo técnico y los servicios médicos son conscientes de que una recaída podría alargar sus ausencias, y priorizarán la prudencia por encima del riesgo. El derbi es mucho más que tres puntos, pero en el club saben que, ante todo, lo importante es recuperar soldados sin hipotecar el futuro.
