Siete jornadas de Liga ha disputado el Sevilla FC hasta la fecha, cuatro a domicilio y tres en el Sánchez-Pizjuán. La estadística habla por sí sola, un 75% de victorias como visitante y un 0% de partidos ganados en casa. Almeyda tiene una asignatura pendiente, hacer de Nervión un fortín, aunque no conviene pasar por alto el gran dato de triunfos obtenidos lejos de casa.
Tras el triunfo de ayer en Vallecas, gracias al gol de Akor Adams en el minuto 86, el Sevilla FC suma 10 puntos. Esto se traduce en ocupar la novena posición de la clasificación de La Liga. De esos diez puntos, nueve se han logrado a domicilio y solo uno en Nervión.
Después de las dos primeras jornadas, saldadas con derrotas ante Athletic y Getafe, el Sevilla consiguió sus tres primeros puntos en la visita a Montilivi, lo que marcó el inicio de una gran racha a domicilio. A esa victoria se han sumado el asalto a Mendizorroza y el triunfo en Vallecas.
En casa, sin embargo, el porcentaje de victorias cae a cero, tres partidos en los que lo máximo que se ha cosechado fue un empate frente al Elche. Las derrotas ante Getafe y Villarreal resultaron especialmente duras, pero si algo ha demostrado este Sevilla es su capacidad para responder ante la adversidad.
El motivo del buen rendimiento lejos de Nervión no está del todo claro, aunque se puede relacionar con el estilo de juego implantado por Almeyda, bloque replegado, gran despliegue físico, esperar al rival y correr a la contra. Es un plan que funciona fuera, pero que en casa, cuando toca proponer y asumir la iniciativa, se queda corto. Ahí está la clave.
Motivos hay de sobra en la plantilla para transformar Nervión en un fortín. La próxima oportunidad será este domingo frente al Barcelona, que pondrá a prueba si Nervión empieza a ser el bastión que Almeyda necesita.
