El Sevilla FC vive uno de los momentos más difíciles de su historia, tanto en el ámbito deportivo como en el económico. Sin embargo, hay un protagonista que está devolviendo la ilusión al sevillismo: Matías Almeyda, quien para algunos era un “entrenador desconocido”, se ha convertido en un auténtico ídolo para la afición.
Matías Almeyda, lucha y convence al Sevilla FC
Este Sevilla FC, a comienzos del verano, se vio inmerso en la difícil tarea de encontrar al entrenador ideal para la presente temporada. Cabe recordar que el último técnico en ocupar el banquillo sevillista fue Joaquín Caparrós, quien logró salvar al equipo y asegurar su permanencia en Primera División. No obstante, en la dirección deportiva se encontraba Antonio Cordón, que decidió apostar por un entrenador que aún no había experimentado lo que es LaLiga: Matías Almeyda.
El técnico argentino aceptó el reto de llevar al conjunto nervionense lo más alto posible, aunque con un objetivo claro: lograr una permanencia holgada. Todo ello, además, sin poder contar con dos jugadores que habían sido vitales en el Sevilla FC, como Lukebakio y Badé. A pesar de estas bajas, los de Almeyda han sumado 13 puntos de 24 posibles.
Los últimos tres puntos fue un éxtasis de alegría para los de Nervión, tras golear por 4-1 al FC Barcelona. El gran responsable fue el técnico argentino, ya que este encuentro estuvo marcado por la táctica implantada de hombre a hombre sobre los culés. Además, su equipo fue valiente en la presión, lo que le permitió generar ocasiones manifiestas de gol y firmar una victoria que, sin duda, será recordada a lo largo de la temporada.
La línea de tres, imprescindible para Almeyda
Una de las claves para que el Sevilla FC haya levantado cabeza en lo deportivo ha sido la gran adaptación de la plantilla al sistema 5-3-2. Un esquema que Matías Almeyda ha implementado para reforzar la solidez defensiva del equipo y potenciar la presión alta. La recuperación de balón está dando mucha vida a los carrileros, que están siendo determinantes. Carmona y Suazo se han convertido en piezas clave tanto en ataque como en defensa, aportando recorrido, profundidad y equilibrio por las bandas.
Asimismo, Almeyda complementa este sistema con dos extremos que se meten hacia dentro y un delantero cazagoles en punta, roles que suelen ocupar Vargas, Alexis, Isaac o Akor Adams. Estos futbolistas aportan garra y presencia ofensiva, aunque todavía con cierta falta de eficacia, si bien las victorias están llegando.

Eso sí, Matías no se aferra únicamente a ese sistema, sino que lo varía según el rival. Un ejemplo claro fue el encuentro ante el FC Barcelona, en el que el Sevilla jugó con cuatro defensores y tres centrocampistas, sin perder su identidad de equipo intenso, presionante y directo en ataque, siempre buscando generar el mayor número de ocasiones posibles.
El propio técnico lo explicó tras el partido en rueda de prensa:Nosotros jugamos con línea de tres cuando hemos enfrentado a rivales que juegan con dos delanteros. Como todavía siento que no están asentados. Hoy el Barcelona jugaba con tres delanteros y con cuatro defensores estábamos bien, pero queríamos darle más fútbol en el centro del campo. Djibril lo hizo bien. Esa era la estrategia y, hasta que la detectaron, salió bien. Además, fallamos debajo del arco muchas ocasiones que contra el Barcelona no puedes fallar».
Hasta el momento, la fórmula está funcionando y ha llevado al Sevilla FC a acercarse a los puestos europeos. ¿Aguantará Matías Almeyda esta racha y la conexión con la grada? Lo descubriremos después del parón, en los próximos encuentros.